Por
Diego Olivera Evia
Nos
parece importante señalar que la directiva de la AN y la denominada
Mesa de la Unidad Democrática (MUD), buscan presionar al gobierno
bolivariano del presidente Nicolás Maduro, para prefijar plazos al
diálogo, tratando de imponer una elección en este 2016, en el marco
de su plan de salida. Pese a los esfuerzos del gobierno, de
establecer conversaciones para enfrentar la guerra económica, la
liberación de algunos detenidos por acciones de violencia, los
sectores de Voluntad Popular (VP) buscan calentar las calles, con la
anuencia de Henry Ramos Allup, que si bien llamó a suspender la
marcha hacia Miraflores, sigue aspirando a un golpe, ante la postura
de salirse del diálogo nacional.
Muchas
veces se ha planteado la necesidad de la paz, como el camino más
idóneo, como se ha realizado en El Salvador, en Nicaragua, ahora en
Colombia, pese a los atajos del senador y ex presidente Álvaro
Uribe, considerado por el New York Times como el saboteador de la
paz, siendo este padre de los atajos de Henrique Capriles y Leopoldo
López, en sus acuerdos para invadir con paramilitares a Venezuela.
La
negociación del Papa Francisco para fortalecer diálogo como única
salida, se enfrenta a las artimañas de una MUD secuestrada, por los
partidos de AD, PJ, VP, quienes han controlados las distintas marchas
fracasadas, con un costo político en sus propias filas, la mentira y
la farsa del sus planes de salida, como la toma de Caracas y otras,
han marcado la irresponsabilidad de los dirigentes Allup, Borges,
Capriles, PJ, quienes ven la violencia y la muerte de los militantes
chavistas.
Las
mesas se han instalado y el ex presidente Samper de UNASUR, llama a
“no crear falsas expectativas”, a que se debe tener voluntad y el
diálogo, de la misma manera Tomas Shanon, como vocero del presidente
Obama, para el diálogo y avanzar en conversaciones con el presidente
Maduro, llama a no dejar las conversaciones, para lograr una salida a
la violencia.
Ante
esta realidad de una oposición que solo busca una salida, para
adueñarse del estado venezolano, desmantelar como en el Carmonazo,
la Constitución y los poderes públicos, ya que este es el verdadero
objetivo de Allup y sus compinches, con una nueva política de los
adecos en el poder, ante esta realidad solo la unidad de los
revolucionarios será la garantía de una nueva derrota a los
fascistas.

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