Cuidemos
la conciencia, comprometámonos mucho más para darle al pueblo lo
que es del pueblo, la batalla contra los viejos vicios que siguen
siendo amenaza perenne: la corrupción, la ineficiencia, el
burocratismo, la inseguridad en las calles, el crimen, el
narcotráfico, el consumo de drogas, el alcoholismo, la falta de
cultura y de conciencia, son viejas rémoras que perviven. Nosotros
estamos llamados a derrotarlas y a echarlas, y a construir de verdad
una sociedad nueva y buena, una sociedad socialista, pero eso hay que
hacerlo hoy, eso no es para mañana, es hoy. Cada uno de ustedes,
cada una de ustedes, comencemos por nosotros mismos, una revolución
espiritual de cada uno de nosotros, de cada una de ustedes mujeres,
de ustedes los jóvenes, una revolución espiritual, moral, ética en
primer lugar.
¿Porque
tú te vas a agarrar un bolívar que no es tuyo?, ¿por qué tú te
vas a hacer una negocio con la burguesía y a repartirte una tajada?
No ves que estas traicionando a un pueblo, traicionando una
esperanza, traicionando a los que murieron en este camino?
Yo
estoy obligado a pedir mayor consagración: salir de las oficinas,
salir de los despachos, salir de la burocracia y caminar por todas
partes; en burro, a pie, a caballo, en carro, en lancha, recorrer las
calles; los ministros, las ministras, gobernadores, alcaldes,
funcionarios de todo nivel; calle por calle; hay una deuda muy grande
que tenemos que pagar todavía, deudas heredadas; la mayor parte de
ellas son heredadas, pero son nuestras…Es una lucha contra uno
mismo; contra la comodidad, los asesores, los que te hacen la agenda.
Has tú tu propia agenda y a las cinco de la mañana vete pa’ los
cerros, vete pa’ los ranchos y eso es con todos y con todas…
“…
la
corrupción es toda una operación contrarrevolucionaria que está
dentro de la revolución; el burocratismo es toda una corriente
contrarrevolucionaria que está dentro de la revolución. Hay que
apuntalar y afincar la batalla contra esos fenómenos que son
verdaderas amenazas para el proceso revolucionario”
(Comandante Hugo Chávez, 2007.
*
Extractos de diversas intervenciones del Comandante Hugo Chávez.
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Comentario:
Chávez
nos sigue llamando a elevar nuestros niveles de conciencia, la
conciencia del deber social, la conciencia ética y socialista que
debemos seguir formando. Lo comentaba en algunos escritos de días
anteriores y pudiera insistirlo aquí una vez más: Vladímir
Ilich Uliánov (Lenin) en marzo de 1923, preparando unos documentos
para lo que sería en pocas semanas el congreso nacional de su
partido en esa época, a seis años de haberse iniciado la revolución
rusa, decía así:
“Es
preciso que nos propongamos a toda costa, por encima de lo que sea,
primero estudiar, segundo estudiar, tercero estudiar, y después,
comprobar que este conocimiento no quede reducido a letra muerta o a
una frase de moda (y esto no hay que ocultarlo, nos ocurre con
demasiada frecuencia), sino
que ese conocimiento se convierta realmente en parte de nuestro
propio ser, que llegue a ser plena y verdaderamente un elemento
integrante de la vida diaria”.
Pareciera
que Lenin estuviese diciendo lo anterior para nosotros, en estos
momentos, y también nos lo decía Chávez y no es para nada casual
que nuestro Presidente Nicolás Maduro también lo dijese hace poco,
cuando activó los Consejos Productivos de Trabajadores: No podemos
quedarnos en consignas, o en una frase de moda, es necesario
comprobar que ese conocimiento, esa formación que podamos tener como
verdaderos militantes socialistas, pueda ser llevado con conciencia
del deber social, a la práctica revolucionaria.
Y
selecciono estos fragmentos que forman parte de varias intervenciones
del Comandante Chávez sobre el tema del burocratismo y la
corrupción, porque es importante seguir profundizando en estas
reflexiones y que Maduro, no por frase de moda, hijo de Chávez,
también lo decía en esa actividad, y lo cito: “Lo
que estamos haciendo no es suficiente, nos hemos burocratizado en el
ejercicio del liderazgo y me pongo en primer lugar, tenemos que ir
más allá y es la hora, este es el plan y el método.. La revolución
cada cierto tiempo amerita un salto en la calidad humana, moral,
política, en la eficiencia, en la eficacia. Un salto en nuestra
capacidad de trabajo, de liderazgo en las metas que cumplimos. Hoy
arranca una nueva etapa, esa etapa tiene que ser de altísima
producción, de cero burocracia, de cero corrupción, cero tolerancia
con la corrupción y la burocracia, de altísima eficiencia, de
servicio. Y, en el socialismo ¿cómo se logra eso? Con la
conciencia, con la voluntad, con la motivación permanente, con el
trabajo con la gente, tocando, abrazando, hablando, queriendo a
nuestro pueblo, a la clase obrera y con planes científicos bien
establecidos, con organización, conciencia máxima, organización
optima, plan específico de trabajo…Cada quien siéntase un
militante más, cuando uno como dirigente o jefe se siente que es un
hombre más en esta batalla, o una mujer, cuando uno se siente un
militante más, es el momento en el que uno se eleva al máximo nivel
que puede tener un revolucionario porque se siente en el punto, en el
centro esencial, donde debe estar un líder revolucionario,
trabajando para el pueblo, para el hombre y la mujer de a pie, para
el trabajador, para el humilde, para el más necesitado, no podemos
despegar los pies del piso...”
Y
de eso se trata, estos flagelos (el burocratismo y la corrupción)
heredados del capitalismo amenazan nuestra convivencia social,
corroen nuestra institucionalidad como estado, como gobierno e
incluso, como partido, estropean nuestra capacidad de direccionalidad
y de organización. Eso no podemos permitirlo. Lamentablemente, a
veces caemos en una excesiva jerarquización de funciones que lo que
traen como resultado es el retraso y la complicación de procesos que
pueden ser sumamente simples y que terminan por alejarnos de ese
trabajo conjunto que debe existir entre Pueblo-Gobierno-Partido y
entonces, dejan de concretarse beneficios para nuestro pueblo, que es
nuestro principal objetivo.
Ese
burocratismo, termina por convertirse en un foco infeccioso para
nuestra moral y nuestra ética socialista. Ernesto
Che Guevara nos advertía: “En estos casos, el burocratismo, es
decir, el freno de los papeles y de las indecisiones al desarrollo de
la sociedad, es el destino de los organismos afectados”.
Solo
una formación y una ética socialista con bases sólidas nos pueden
conducir por el verdadero camino de consolidación y desarrollo de
nuestro Socialismo Bolivariano. Sin dudas, este siempre ha sido el
norte de la Revolución Bolivariana y no podemos decir jamás que
estamos partiendo de cero. Un gran camino hemos recorrido y seguro
estoy que en ese inmenso legado chavista se destaca el esfuerzo
diario de toda la fuerza chavista, de toda la fuerza de gobierno, que
es al fin y al cabo, la fuerza de un pueblo consciente y organizado
que lucha por su emancipación plena.
Sigamos
por el camino de la formación, de la organización y la movilización
permanente, alertas y atentos sin descanso ante las amenazas
imperiales y conscientes de esas desviaciones que no pueden
apoderarse de nuestros nobles propósitos revolucionarios y
libertarios, que no son otros que terminar de construir la patria
socialista que anhelamos para nuestros hijos y nietos, para nuestras
futuras generaciones.
Chávez
Vive…la Patria sigue y seguirá!!!
Que
viva Maduro!!!
Independencia
y Patria Socialista!!!
Viviremos
y Venceremos!!!

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