Vicepresidencia de las Mujeres del
PSUV
En
un momento de fuerte arremetida contra las mujeres de nuestro
continente, quizá no haya consigna que hoy pueda unir más a
NuestraAmérica que la exigencia de “Ni una menos”. Por ello en
esta ocasión, quisiéramos dedicar estas lÃneas a dar un saludo de
admiración y solidaridad a las compañeras argentinas que durante
estos dÃas se movilizan en defensa del derecho a la vida y a la paz
de las mujeres.
Durante
los últimos años, ante el surgimiento de la lucha por la
construcción de un mundo pluripolar y multiétnico, el capitalismo
internacional se ha organizado para embestir con furia y violencia
contra los pueblos del sur. En ello, una vez más, somos las mujeres
quienes llevamos las peores cargas.
Sobre nuestros hombros pesa la
peor parte de las crisis económicas, las guerras, las invasiones y
los desplazamientos. Somos las primeras vÃctimas del narcotráfico y
la prostitución. Y, por si fuera poco, sufrimos también la
agudización de la hostilidad patriarcal que cada dÃa se empeña por
anular nuestra dignidad y nuestra propia existencia. Estamos seguras
que no exageramos al afirmar que estamos viviendo tiempos de un
verdadero genocidio contra el Pueblo Mujer.
Ante
la avanzada neoliberal en nuestra hermana Argentina, se agudiza
también la violencia contra las mujeres. Esta violencia,
institucionalizada mediante la desatención judicial, el crecimiento
del desempleo (12% para las mujeres), y el retroceso en el acceso a
derechos básicos como la alimentación, la salud, y la educación,
golpean en primer lugar a quienes, además de ser las primeras
discriminadas, llevamos sobre nuestros hombros la pesada carga del
cuidado de la familia. Pero además, el incremento de la hostilidad
social, la criminalidad, y la cultura de la muerte, convierten de
inmediato el cuerpo de las mujeres en territorio de conquista, en
objeto desechable.
Por
todo lo enumerado, entendemos que al ser las primeras vÃctimas
debemos ser también las primeras en organizar la resistencia y la
avanzada. Y bajo esa certeza, sentimos profunda emoción al ver que
en Argentina, nuestras hermanas feministas están a la vanguardia de
la unidad y de la organización que el pueblo necesita. También en
Venezuela estamos en defensa de la vida y del derecho a la paz, y
ante la oligarquÃa hambreadora de pueblos, nos levantamos al frente
de la organización popular, obrera, campesina y comunitaria, para
radicalizar la Revolución y decir en una sola voz: ¡Ni
una menos! ¡Juntas somos el aguacero!

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