A dos años del acercamiento con EE.UU
El férreo cerco se mantiene.
Para pedir su cese incondicional y unilateral, se impulsa la
campaña el “Bloqueo de EE.UU daña al pueblo cubano” con las
etiqueta #YoVotoVsBloque a través de www.cubavsbloqueo.cu
Por Verónica Díaz Hung
Pese a que el propio presidente Barack Obama insiste en que el
bloqueo a Cuba es obsoleto y que se debe derogar, a pocos meses de
que el “Nobel de la Paz” abandone la Casa Blanca, todo indica que
se mantendrá vigente la medida que ha aislado a la isla durante casi
60 años. Y para pedir su cese incondicional y unilateral, desde la
mayor de las Antillas se impulsa la campaña el “Bloqueo de EE.UU
daña al pueblo cubano” con las etiqueta #YoVotoVsBloque a través
de www.cubavsbloqueo.cu.
“El mundo debe saber que el bloqueo sigue en pie, que daña al
pueblo de Cuba y debe ser levantado de manera unilateral e
incondicional por el gobierno de Estados Unidos”.
Así lo afirmó el embajador de Cuba en Venezuela, Rogelio Polanco,
durante una rueda de prensa efectuada en la sede de la misión
diplomática cubana en nuestro país de cara a la próxima asamblea
general de la ONU, a realizarse el próximo 26 de octubre, donde se
espera que una vez más la comunidad internacional apoye la solicitud
de Cuba de eliminar y condenar el bloqueo “ilegal y genocida”
impuesto a esta nación caribeña.
Explicó que a dos años del publicitado acercamiento entre Cuba y
Estados Unidos, pese a la reapertura de embajadas y de la visita a la
isla del Presidente Barack Obama, en marzo de 2016, sigue en vigor el
bloqueo, así como las leyes que lo sustentan (Ley de Comercio con el
Enemigo de 1917, Ley de Asistencia Exterior de 1961, Proclama
Presidencial 3447, Regulaciones para el Control de Activos Cubanos
del Departamento del Tesoro de 1963, Ley para la Administración de
las Exportaciones de 1979, Regulaciones para la Administración de
las Exportaciones de 1979, Ley Torricelli de 1992, Ley Helms-Burton
de 1996, Sección 211 de la Ley de Asignaciones Suplementarias y de
Emergencia para el año fiscal 1999, Ley de Reforma a las Sanciones
Comerciales y Ampliación de las Exportaciones del 2000).
Resaltó que aunque el presidente Obama tiene amplias facultades
ejecutivas para modificar las regulaciones del bloqueo, solo se han
aplicado algunas medidas positivas, pero son insuficientes y muy
limitadas.
“Se nos continúan bloqueando transferencias financieras, incluso
en monedas distintas al dólar estadounidense, se nos deniegan
servicios de todo tipo, incluyendo a nuestras misiones diplomáticas
y oficinas en el exterior, y a los bancos y entidades extranjeras que
se vinculan con nuestro país se les siguen imponiendo multas”.
Todavía Cuba no puede abrir cuentas en bancos estadounidenses, ni se
han autorizado las exportaciones directas, a excepción de productos
farmacéuticos, y mucho menos la posibilidad de invertir en todos los
sectores de la economías cubana, ya que solo se permite en
telecomunicaciones.
El pueblo norteamericano no puede viajar a la isla para recibir
tratamientos médicos.
Y en este aspecto resaltó los terribles daños económicos que
suscita la prohibición a Cuba de utilizar el dólar estadounidense
en sus transacciones internacionales, lo que les obliga a recurrir a
otras monedas alternativas, con el costo financiero adicional de las
tasas de cambio incorporadas.
“Se trata de una política genocida que afecta en todos los aspectos la relación de Cuba con el mundo, cuyo objetivo es lograr el derrocamiento del gobierno generando hambre y desesperación. “Algo similar a lo que se busca con la guerra económica en Venezuela”
Al tiempo que se les impone acudir a mercados lejanos y a mantener
grandes inventarios de productos para satisfacer sus necesidades.
Según cifras aportadas por el embajador, los daños acumulados en
estas casi seis décadas alcanzan no menos de 753.688 millones de
dólares, calculados al valor del oro (tomando en cuenta su
depreciación) o más de 125 mil millones de dólares a precios
corrientes.
Solo de marzo de 2015 a marzo de 2016, el costo del bloqueo para Cuba
ascendió a 4.680 millones de dólares a precios corrientes.
“No hay sector en Cuba que no sufra las consecuencias del bloqueo,
por lo que constituye el principal obstáculo al desarrollo económico
y social de nuestro país”, expuso el diplomático, quien no duda
en calificar como una flagrante violación a los derechos humanos al
férreo cerco aplicado a su país.
Destacó que se trata de una política genocida que afecta en todos
los aspectos la relación de Cuba con el mundo, cuyo objetivo es
lograr el derrocamiento del gobierno generando hambre y
desesperación.
“Algo similar a lo que se busca con la guerra
económica en Venezuela”, señaló Polanco.
Para el embajador, la reciente directiva presidencial emitida por el
gobierno de Obama, aunque reconoce la soberanía de Cuba, no oculta
su vocación injerencista, ya que cuestiona la continuidad del
sistema político mediante la imposición de una política hostil
contra la mayor de las Antillas.
“Cuando a Venezuela se le aplica el decreto Obama alegando que es
una amenaza inusual y extraordinaria para la seguridad de los Estados
Unidos, aunado a las acciones desestabilizadoras, el imperialismo
ejecuta algo similar a lo que hace con otros países del mundo que no
son sumisos a sus designios, por eso estas políticas tienen que ser
rechazadas y se le debe impedir su ejecución”.
Torcer el brazo
“No existe una oposición política efectiva en Cuba; por tanto, el
único medio previsible que tenemos hoy para enajenar el apoyo
interno a la Revolución, es a través del desencanto y el
desaliento, basados en la insatisfacción y las dificultades
económicas. Debe utilizarse prontamente cualquier medio concebible
para debilitar la vida económica de Cuba. Negarle dinero y
suministros a Cuba, para disminuir los salarios reales y monetarios,
a fin de causar hambre, desesperación y el derrocamiento del
gobierno”, escribió el Subsecretario de Estado Adjunto para los
Asuntos Interamericanos, Lester Mallory, en abril de 1960.
Bajo estos mismos preceptos Barack Obama durante una entrevista para
el portal estadounidense Vox, en febrero de 2015, declaró: “Tenemos
el Ejército más fuerte del mundo y en ocasiones tenemos que torcer
el brazo a los países si no quieren hacer lo que queremos a través
de métodos económicos, diplomáticos y a veces militares”.
Mientras que Jennifer Rene "Jen" Psaki, la actual directora
de comunicaciones de la Casa Blanca, en marzo de 2015 reconoció: “El
objetivo de las sanciones es persuadir al gobierno de Venezuela de
que cambie de comportamiento”.

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