Aquí el diálogo era a
plomo, te estoy hablando de los años ’80, los años ’90…Y nosotros inauguramos
en 1999 una nueva era en Venezuela, y uno de los elementos definitorios de esta
nueva era, es precisamente una nueva forma de diálogo, una apertura al diálogo,
un llamado al entendimiento, a la convivencia, a la paz…Este pequeño pero gigantesco
libro, (Se refiere a la Constitución) surgió de un proceso inédito en
Venezuela. El que quiera investigar un poco, investigue pues… cuántas
corrientes, cuántos mensajes, cuántas propuestas llegaron a la Asamblea
Constituyente y se recogieron en recorridos por todo el país; de todos los
sectores…Se sometió a referéndum y fue aprobada por la gran mayoría. No hay
precedentes en toda la historia de Venezuela, y yo no sé si en Europa, no sé, o
en este continente, o en el mundo, de un proceso como este, fundamentado en la
más grande participación, debates, diálogos; yo recuerdo que los sectores
católicos, los ateos, los evangélicos, los protestantes, la diversidad sexual,
los afrodescendientes con sus tambores, los indios desde las selvas, salieron
con sus guayucos y sus arcos, y sus flecha y estuvieron ahí en la Asamblea Nacional.
Desde entonces ese es
nuestro espíritu. En este mismo salón regresando casi de la muerte, aquí llegué
una madrugada …Y aquí mismo, convoqué una rueda de prensa, una cadena nacional
y llamé al diálogo y no sólo llamé al diálogo, nombré a José Vicente Rangel
vicepresidente, y al mismo tiempo, encargado o coordinador de la mesa del
diálogo que aquí mismo se instaló, bueno en varias partes de Caracas y del
país; yo asistí a muchas de las sesiones, oyendo de todo, hasta irrespetos;
porque entonces la oposición leyó aquello, interpretó aquel llamado al diálogo
—desde mi corazón—, con autenticidad, como un signo de debilidad…Entonces vino
la Plaza Altamira, el golpe petrolero.
Una vez llegó aquí
Carter, él iba y venía, iba y venía, entonces él propuso una reunión donde
estuviéramos dirigentes opositores y yo. Me dijo, mire pero usted comprenderá
que ellos no quieren venir aquí a Miraflores. Le digo, no importa presidente,
yo entiendo, propóngales a ver si aceptan la Conferencia Episcopal. Algunos
dijeron que sí, y al final dijeron que no. Vino Carter, no, no se pudo,
ellos... yo se lo voy a decir —dijo— porque estoy obligado pero, yo fui
presidente de un país y yo le respeto a usted como presidente. Esta propuesta
me parece a mí que no es la más correcta, me dijo él, algo así. Y le dije,
bueno pero diga cuál es, ¿dónde proponen ellos la reunión? En el hotel donde yo
estoy. Pero es difícil que usted acepte eso, ¿verdad? —me dijo— bueno yo voy,
yo voy, un hotel en el este, yo voy presidente, espéreme allá… Al día
siguiente, o dos días, fui yo, ellos no fueron. Dejaron a Carter ahí sentado y
yo me senté, nos tomamos un café, hablamos un rato esperándolos, mandaron a
unos delegados, una señora, un señor, pero los dirigentes no fueron.
Ojalá que
todos, que todos los sectores de la vida nacional de manera muy objetiva, nos
sumemos al proceso de diálogo permanente y de construcción de un país, de
nuestro país, en el marco de la Constitución Bolivariana…No es un asunto de
personas individuales, dijo Cristina en alguna cumbre, oye por primera vez en
nuestro continente, en Suramérica, hay presidentes que se parecen a sus pueblos
o que somos pueblo y no producto de las élites que jugaban siempre al interés
de Washington y en contra de los intereses de sus propios pueblos; entonces es
un proceso, como decía Perón, la segunda independencia, ¿cómo fue que dijo mi
general?, el siglo XXI nos conseguirá o unidos o dominados. Nos consiguió
uniéndonos y liberándonos y estamos uniéndonos para seguir liberándonos.
Yo
ratifico mi llamado a los dirigentes de la oposición a que le hablen claro al
país, y que muestren, que demuestren una voluntad de convivencia… porque algunos
sectores de la oposición, entienden el diálogo como de la vieja manera ¿no?; es
decir, de las élites y luego la imposición.
*
Extractos de la Rueda de prensa del Comandante Presidente Hugo Chávez con
medios nacionales e internacionales, salón Ayacucho, Palacio de Miraflores, 09/10/2012.
Comentario:
Hoy hemos escogido
fragmentos de una rueda de prensa que el
Comandante Eterno ofreció a medios nacionales e internacionales a dos días de
la Victoria Perfecta del 2012. Sus respuestas explícitas y sustentadas, nos
sitúan en ese momento preciso, pero a la vez nos traen de manera iluminada al
momento actual que estamos afrontando.
El proceso de diálogo
entre el gobierno bolivariano y la oposición venezolana nos mantiene atentos.
Al momento de escribir estas líneas se hacen evidentes los obstáculos que
deberá enfrentar, a la vez que ya comienza la oposición, como ha ocurrido en experiencias
anteriores, a colocar condicionamientos, a generar falsas expectativas con el
propósito de intentar confundir a nuestro pueblo, a colocar exigencias y a
amenazar con levantarse de la mesa de diálogo en caso de que no se acceda a las
mismas.
Los antecedentes que
marcan la historia reciente, la que vivió Hugo Chávez y que, en parte relata en
este texto que hoy les traigo, nos muestran una experiencia lamentable. Luego
de una intención de dialogo se desataron los demonios de la oposición que desembocaron,
para ese año 2002, en los sucesos de la Plaza Altamira y en el sabotaje
petrolero.
En el proceso actual, ya
hay sectores opositores que han dicho que dan chance hasta el 10 de noviembre
para establecer los acuerdos en las mesas de diálogo. La visión catastrófica de
la oposición, no les permite avanzar hacia ese punto de encuentro. Chávez
también lo decía: “Una de las cosas de la oposición es la visión catastrófica
que tienen del país. Ellos niegan casi todo lo que el gobierno hace, o lo que
el pueblo logra”.
A pesar de esto, nuestro
compromiso con el legado de Paz que nos dejó Chávez y que hoy continúa el
camarada Nicolás Maduro, se ha mantenido y sigue incólume. Desde que comenzó a
asentarse esta revolución en el año 1999, el diálogo, el debate, han sido una
constante en nuestro accionar. Lo dice nuestro líder histórico en las palabras
que escogimos para esta entrega, que nos ratifican lo importante y necesario de
ese diálogo a nivel de pueblo, de ese debate donde todos y todas, independientemente
de la ideología política o partidista de cada quien, podamos con sinceridad y
verdadera disposición trabajar por la Patria.
El llamado que hace Nicolás Maduro se caracteriza por la
misma autenticidad con la que Chávez llamaba al dialogo desde siempre, un
diálogo sin amenazas, sin cortapisas, un diálogo consciente de las acciones
emprendidas por ambas partes, pero sobretodo, un dialogo sin condicionamientos,
que se base en el reconocimiento de ambos sectores. Considero que esa es la
base fundamental, porque ¿cómo entablas una conversación profunda con alguien a
quien no reconoces? Entonces, el diálogo franco creo que parte de allí. De
nuestra parte, el gobierno bolivariano, así lo ha demostrado, viene abriendo
puertas al trabajo conjunto, dentro del respeto mutuo, conscientes que, aun
cuando no se compartan las ideologías, se puede llegar a acuerdos importantes
que vayan en función del beneficio de nuestro pueblo.
Apostamos al diálogo,
pero que nadie olvide que aquí hay un pueblo firme y alerta, dispuesto a
defender la revolución en el terreno que sea necesario. Queremos paz, sí, pero
no se equivoquen. La extensión de nuestra mano dispuesta al diálogo no puede ser
leída como un signo de debilidad. Se equivocaron con Chávez en ese momento y se
equivocarán con Nicolás Maduro en este, si así lo intentaran. En especial, se
equivocarán con el pueblo, que es lo más grave de todo, porque una avalancha
revolucionaria no la para nadie. Es una avalancha de amor, de paz, de optimismo
y de esperanza, pero también es una avalancha llena de determinación y de
justicia.
Deseamos
fervorosamente que este sea el inicio de un verdadero reencuentro por este país
hermoso, donde cabemos todos y todas, donde podemos convivir con aceptación,
tolerancia, respeto y consideración de parte y parte, y que juntos podamos
impulsar el desarrollo pleno de nuestra Patria. Invoquemos a Bolívar, a Chávez,
a la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela; y sigamos en paz,
construyendo el modelo social que este pueblo decidió mayoritariamente: la
Patria Socialista, Bolivariana, Chavista y Antiimperialista.
Dentro de la Constitución, todo; fuera de la Constitución,
nada¡¡

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