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Estamos desmontando el modelo de dominación occidental
  

Para Obama y las élites propietarias de las grandes transnacionales somos una amenaza

 
Francisco Quevedo

Hoy sufrimos en Venezuela la agudización de contradicciones entre lo que somos (nuestra originalidad) y la cultura impuesta sobre nosotros (nuestra occidentalización). Dos realidades pugnantes desde el justo momento en el que Europa dijo "descubrir" América y nuestras tribus originarias veían a los recién llegados en barcos que cada vez querían más cosas de la tierra, dando motivo a nuestra resistencia indígena. En palabras del profesor Armando Daniel Rojas, tenemos una "originalidad no occidental pero si occidentalizada de América".


Esta originalidad occidentalizada logra verse en nuestras formas económicas (formas de satisfacer nuestras necesidades) y la crematística occidental (formas para desarrollar la riqueza). Para adentrar el tema, es necesario definir etimológicamente dos cosas: economía y crematística, esto lo explicaré citando a Jesús Palomar:


“En la Política, Aristóteles identificó dos tipos de actividades productivas y distributivas en la antigua sociedad griega: οíκονομία (economía) y χρηματιστική (crematística). Economía viene del griego οíκονομία, que a su vez se compone de dos palabras: οìκος (hogar o casa, en el sentido de patrimonio) y νέμω (ley o medida). La economía se puede definir entonces como el conjunto de leyes, normas o costumbres mediante las cuales se administran los bienes de la casa. La palabra crematística viene del griego χρηματιστική (chrematistike), que a su vez se deriva de χρήματα (chremata), bienes, riqueza, dinero. De modo que originariamente la crematística sería el arte de adquirir bienes o dinero. En el primer libro de la Política, Aristóteles afirma que hay dos tipos de crematística: la doméstica y la comercial o de cambio. La crematística doméstica se sirve a veces del dinero para obtener lo necesario para la vida y el hogar y la crematística de cambio tiene por objeto el dinero mismo. Aristóteles considera que la riqueza doméstica tiene un límite, las necesidades del hogar, mientras que la riqueza a que aspiran los que se dedican al cambio es ilimitada, pues no persiguen otro fin que el aumento indefinido de su caudal de dinero”. 


Esta segunda forma de la crematística tiene su afloramiento práctico en la actualidad dentro de la cultura venezolana, y no es otra cosa que el bachaqueo como lógica de pensamiento, método y concepción para la acumulación de dinero y falsa riqueza. Siendo esta una crematística rentista-petrolera inducida por los grandes empresarios parasitarios de Venezuela.


Asimismo, seguimos debatiendo si nuestra forma de sociedad será occidental para que unos dominen a otros, acumulen riquezas y opriman, o si seguiremos el camino de libertad e independencia planteado por nuestro Libertador Bolívar.


Cotidianamente vemos modelos encontrados, diferenciados y contradictorios. El pueblo luchando, trabajando por salir adelante, proteger a la familia, hacer las cosas con dignidad, constancia y organización. Por otro lado, una "falsa venezolanidad" impuesta que hace sentir a unos más "vivos", "astutos" que otros. Todo esto en medio de un mundo globalizado en el que la mano invisible del capitalismo sigue invisible ante la cotidianidad del pueblo.


Por esta invisibilidad generada, el presidente Chávez y ahora el presidente Maduro llama al pueblo a ver "el proceso social del trabajo", es decir, ver la implicación de todos los actores que hacen posible nuestra cotidianidad y la satisfacción de nuestras necesidades. Alguien siembra, alguien procesa, alguien produce, alguien distribuye, otro comercializa, alguien consume y todos siempre estamos participando constantemente en todas las fases del ciclo.


Ahora bien, ese proceso social del trabajo en Venezuela tiene un problema esencial sustantivo pues nuestra base de satisfacción de necesidades depende de manera predominante de la acumulación de riquezas a través del petróleo.


Por ello, el presidente Maduro nos plantea redefinir nuestras formas de satisfacer necesidades (economía) y nuestra forma de generar riquezas (crematística).


Los 15 motores económicos requieren para su activación la conjunción de todas las fuerzas políticas y sociales, es decir, cada comité de tierra urbana, comité de salud, frente de mujeres, organización juvenil, entre otras, deben planificar y organizar su capacidad de producción, distribución y planificar sus relaciones de consumo de bienes y servicios. Ejemplo, el Movimiento Nacional de Recreadores puede convertirse en la más grande organización social y económica para la activación del turismo. Otro ejemplo, los comités de salud en el área de medicina y farmacia podrían iniciar un proceso de formación en la materia, vincularlos aún más a las instituciones y empresas del sector.


Puedo citar estos ejemplos entre muchos, pero lo cierto, es que hoy junto a nuestro presidente Maduro podemos y debemos garantizar para las futuras generaciones un modelo de sociedad nuevo y cumplir aquello que visionó Simón Rodríguez en el escrito "Sociedades Americanas: cómo serán y cómo podrán ser en los siglos venideros" escrito en 1828.


La burguesía y el imperialismo saben que este momento es crucial para el destino de Venezuela y Latinoamérica y que podemos impactar con mayor profundidad en el cambio de las relaciones internacionales. Para Obama y las élites propietarias de las grandes transnacionales somos una amenaza porque estamos desmontando el modelo de dominación occidental y rescatamos el modelo libertario de Bolívar que Chávez dejó sembrado en el mundo con el objetivo de edificar un mundo multicéntrico y pluripolar para preservar la vida en el planeta. Entonces somos una amenaza junto a nuestro Presidente, porque no hemos dejado morir el pensamiento de Bolívar y Chávez.


Hoy más que nunca todo el poder para los CLAP es ruta de organización para vencer.

¡Viva Chávez y Viva Maduro!

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