Por Richard
Canan
Hace
años que por las calles del estado Miranda no se ve una sola
cuadrillita de la Gobernación trabajando en beneficio de la
comunidad. Nada. Ni por accidente se les ve reparando vías, llevando
agua o solucionando los problemas más urgentes del pueblo mirandino.
La policía de Miranda ha sido totalmente pauperizada, hasta
reducirla a una policía figurativa, sin impacto alguno en sus
labores preventivas de seguridad (ni siquiera en los escasos
cuadrantes que aceptó vigilar y donde nunca cumplió sus
compromisos).
Esto
se repite en todas las funciones que le corresponden al nefasto
gobernador Capriles Radonsky. También abandonó a los atletas y a
las asociaciones deportivas, abandonó a su suerte a los cultores y
los patrimonios culturales y religiosos más importantes del estado.
Nunca se presenta en su despacho oficial en la capital del estado, en
Los Teques. Pareciera que le tiene asco o que el cargo le aburre.
Tiene otras prioridades e intereses, por eso la dejadez con la larga
lista de competencias que le confiere la Constitución Bolivariana
(artículo 164). Por eso el abandono tan evidente de todas sus
funciones.
En
el resto de los estados, los gobernadores son la autoridad,
administrativa y política. Acompañan y están en las comunidades,
junto al pueblo. Coordinan con todas las instituciones e instancias
que sean necesarias en beneficio de los habitantes de su localidad.
Pero esto sería mucho pedirle al gobernador Capriles, que vive
enajenado en sus ilusiones de ser presidente a toda costa.
Capriles
se ha autodegenerado (tanto física como mentalmente) hasta alcanzar
un nivel irreversible de degradación y decadencia. Está atrapado
entre la sordidez y la fantasía. Parece un Rey cuyos ancestros le
han heredado la hemofilia, y ante el irremediable fin, se ha
divorciado completamente de la realidad. En este traumático y
trágico reino no entiende porqué es repudiado por sus súbditos y
rechazado por sus pares.
Así
está Capriles. Con parte médico de cuidado. Deprimido, deshojando
margaritas por el desamor de su gente. Está viendo cómo se aleja
lentamente su añorada silla presidencial.
En
el ámbito humano y personal, sus solitarias apariciones en
Caprilestv son preocupantes. Parece una copia exacta de Jim Carrey en
el reality “The Truman Show”. Sin embargo, además de estar
siempre terriblemente solo, se le ve desesperado, desaliñado,
desorbitado, desencajado. Divorciado totalmente del momento histórico
del país.
En
sus solitarias transmisiones (con un tope de 8.493 telespectadores),
se presenta irascible, al borde de un ataque de cólera, huraño y
malhumorado. Vive peleando con el micrófono y con la conexión a
Internet. En su puesta en escena parece que viviera encerrado en un
mundo apocalíptico (un refugio nuclear) y su único contacto con el
mundo exterior sea a través de su Periscopio (www.periscope.tv).
Es
la degradación de la videopolítica, sin contacto con ningún otro
humano.
En
su última autotrasmisión cibernética y sideral, declaró con
absoluta irresponsabilidad que “El país tiene que salir de esta
crisis. El Referendo Revocatorio es para revocar el hambre, la
crisis, las colas y la inseguridad”. La pregunta es extraña, pero
¿él no es el gobernador de Miranda? Debería empezar a trabajar,
dar el ejemplo buscando soluciones, acompañando a la gente.
Implementar un plan de seguridad, un plan de mejoras en los
servicios, un plan de alimentación alternativa. Pero nada. Ni
trabaja ni deja trabajar. Puro criticar a los que están pariendo
enfrentando los problemas. Este es un terrible ejemplo de lo que
aspira aplicar al resto del país.
Sus
presentaciones parecen un programa personal de telemarketing (hundido
en su Periscopio, así debería llamarse), dedicando proliferas
palabras a resaltar todo lo que él se ha sacrificado por el país;
pero derrochando certeras palabras contra sus pares de la MUD. Por
ejemplo, dijo recientemente que dentro de la Mesa Coja había mucha
“gente que se dedica más a hacer oposición contra la propia
oposición” y “que el poder lo quieren para otra cosa”. ¿Contra
quién serán esos odiosos dardos venenosos?
Las
intervenciones de los opositores durante su programa son para coger
palco. Un reflejo de las efervescentes y rabiosas contradicciones en
el seno de la MUD. La andanada de críticas lo acusaba de
“colaboracionista”, “hablador de paja” y que solo manda a la
gente a “bailar salsa”. Hay mucho reconcomio y resentimiento del
lado opositor.
El
efecto Periscopio ha dejado a Capriles confinado y solo frente a un
monitor. Hablándose a sí mismo, como hablándose al espejo. De
tanto ver su reflejo ya cree que es el único que tiene la verdad
(como dijo Diego Arria), que está en eminencia y que tiene la misión
divina de dirigir hacia el paraíso a la dividida oposición. Esto es
grave para un político, que se sumerge en un mundo virtual y pierde
totalmente el contacto con las masas.
Este
no tiene compón. El Rey terminará deprimido, hablándole a las
paredes, las matas y los cuadros. Estas son parte de las locuras y
disparates de las filas opositoras.

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