Congreso Mundial de Energía
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| Se busca estabilizar el mercado petrolero. FOTOS ARCHIVO |
En la dinámica perversa del capitalismo a escala internacional, la manipulación de los precios del petróleo es un arma geopolítica por excelencia
Charles Giuseppi
La reciente visita que hiciera
el presidente de
la República Nicolás
Maduro a Turquía, en el marco
del XXIII Congreso Mundial de
Energía, no solo se destaca por
ser la primera que hiciera un
jefe de Estado venezolano a
este país emplazado en medio
de dos continentes, Europa y
Asía. Histórico lugar del mundo
que ha sido punto de paso entre
pueblos, religiones y culturas
a lo largo de miles de años
y que hoy en día sigue teniendo
una importancia estratégica
capital para la geopolítica
mundial. Lo más importante
de la participación de Venezuela
en el Congreso Mundial
de Energía fue sin duda las
negociaciones que se llevaron
a cabo en torno a los precios
del petróleo en los mercados
internacionales, propuesta que
contó con el apoyo del presidente
ruso Vladimir Putin y de
otros líderes cuyos Estados son
miembros de la OPEP.
Para Rusia la situación energética
mundial presenta grandes
desafíos. Putin señalaba
que actualmente son cerca de
2 mil millones de personas las
que no cuentan con una forma
de aprovisionamiento de energía
estable y segura, se refería
a la electricidad, la calefacción
y los combustibles. Putin también
centró su discurso en las
tremendas dificultades que enfrenta
el mundo de hoy a causa
del control y del monopolio
de los mercados energéticos
por las grandes corporaciones
mundiales, cuya afectación se
proyecta de manera directa en
los precios del petróleo. Frente
a este hecho, el presidente del
Federación Rusa planteó la necesidad
de frenar la producción
para lograr una mayor estabilización
de los precios en el mercado
internacional.
Debemos comprender que
en la dinámica perversa del
capitalismo a escala internacional,
la manipulación de
los precios del petróleo es un
arma geopolítica por excelencia.
En el momento exacto en
que se llevaba a cabo la ocupación
militar de Afganistán
e Irak, los precios del petróleo
conocieron un auge sin precedentes.
Ha sido quizá la década
en donde el mercado petrolero
mundial haya conocido su
crecimiento más dinámico y
estable durante muchos años.
Si bien los países de la OPEP
habían establecido un techo a
su producción para empujar los
precios al alza, la Organización
no controla sino cerca del 40%
del total mundial del mercado.
El resto está controlado por las
grandes corporaciones petroleras
mundiales como, SHELL,
TEXACO, Total, Repsol, Aramco,
entre otras muchas subsidiarias
de estos monstruos comerciales
petroleros globales, cuyos
capitales superan ampliamente
al de muchos pequeños
Estados nacionales en Asia y
en América Latina. En la fase
depredadora de las compañías
petroleras en Irak y Afganistán,
los precios del petróleo se mantuvieron
altos, beneficiando a
estas empresas y asfixiando los
salarios de las clases trabajadoras
en Europa y Norteamérica.
El crecimiento exponencial
de los países exportadores de
petróleo en virtud de los altos
precios durante estos últimos
12 años, empezó a afectar los
intereses de estos poderosos
grupos petroleros en los Estados
Unidos ya que países como
Irán, Rusia y Venezuela comenzaron
a experimentar tasas de
crecimiento a ritmos acelerados,
a fortalecer su mercado
interno y sobre todo a financiar
proyectos de grandes infraestructuras
dirigidas al sector
público y no al sector privado.
He aquí la clave para comprender
la urgente necesidad que
tenía EE.UU de crear un mecanismo
para debilitar a la OPEP
por una parte, y por la otra
bajar los precios del petróleo
a niveles insospechados afectando
severamente a nuestras
economías. La primera palanca
de esta estrategia imperial
vino de la mano del “fracking”,
oscuro procedimiento tecnoló-
gico para facilitar la extracción
de gas de esquito y otros productos
del subsuelo. Los daños
medioambientales de sus propias
poblaciones son un lugar
común de los noticieros hoy
en día. Sin olvidar que este procedimiento
“alternativo” forzó
dramáticamente los precios de
la cesta petrolera mundial a la
baja.
El otro mecanismo utilizado
por Washington para torpedear
el mercado petrolero
mundial fue la clásica alianza
con algunos miembros OPEP
arrastrados a participar en los
conflictos geopolíticos financiados
y aupados por EE.UU y
la OTAN en el Medio Oriente,
casos de la coalición de Arabia
Saudita, Qatar, Omán, Turquía y
los EAU para atacar sistemáticamente
el pueblo yemení, ¡blanco
más reciente de la armada
Estadounidense en el mar del
golfo!. En medio de esta enconada
estrategia imperial, Venezuela
suscribe la idea de mantener
un recorte en los niveles
de producción en el marco de
la OPEP para estabilizar el mercado
petrolero y permitir un
aumento sostenido y estable
de los precios del crudo que relanzaría
la economía venezolana,
ampliamente debilitada en
estos momentos.
La estrategia del Presidente
Maduro, es y ha sido la misma
del Comandante Chávez, en
momentos en los que EE.UU
esté interesado en una baja
de los precios, Venezuela debe
L
Se busca estabilizar el mercado petrolero. FOTOS ARCHIVO
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presionar en la OPEP para recortar
la producción y forzar
un poco el alza de los mismos.
Esta fue igualmente la posición
adoptada por nuestra diplomacia
en la reciente visita que
hiciera una delegación nuestra
al Reino de Arabia Saudita. No
solo se lograron importantes
acuerdos bilaterales, sino sobre
todo se recuperó la posición
en el seno de la OPEP de
un miembro estratégico como
es el reino árabe. Se planteó la
urgencia de subir los precios y
sobre todo se logró que Rusia,
país no miembro de la OPEP,
adoptara igualmente la propuesta
plegándose a una baja
en la producción para estabilizar
los precios y contrarrestar la
estrategia imperial petrolera de
Washington. •

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